Herdeiros pola Forza

Etnoarqueología de Alianza Popular

cartellcedoc_2119
La palabra clave para comprender el enfoque que preside el libro Herdeiros pola Forza se encuentra en el subtítulo. Nos referimos al término Poder. El patrimonio, como la identidad, se construye, a través de una practica política, normalmente ejecutada únicamente por una élite intelectual al servicio de los grupos que controlan la sociedad. En este sentido, no ha habido mejor marco para la presentación de nuestro libro en Gasteiz que la celebración de las Jornadas de Jóvenes Investigadores en Arqueología. Aquí hemos podido disfrutar de sesiones en las que se hablaba sin ambajes de la materialidad generada por la esclavitud en el Imperio portugés, de las maniobras neoliberales que modelan el suboconsciente colectivo a través de la cultura material (esas latas de Coca-Cola con nombres propios, tan enrolladas), de la arqueología del colonialismo, de la apropiación simbólica de la cultura material. Entre las comunicaciones presentadas, traemos aquí el trabajo del joven historiador gallego Bruno Esperante quien hizo hincapié en la recreación folklorizante de la vieja tecnología agraria por parte de los ex-campesinos gallegos del siglo XXI (esos arados de vertedera repintados en escenarios entre kitsch y gore en los jardines de segundas residencias, casas rurales y labriegas). De su presentación, tomados prestada la fotografía que encabeza este post. El cartel promocional de Alianza Popular en las primeras elecciones autonómicas gallegas de 1981. Este cartel define a la perfección la economía política galaica generada por el estado totalitario franquista en nuestro pequeño país atlántico.
imagesCA6D8NXP
Alianza Popular era en 1981 una cementerio de aquellos elefantes que habían quedados relegados del proceso de la transición democrática. El odio de Manuel Fraga hacia Suárez era proverbial. Aunque alejados de Fuerza Nueva, Alianza Popular seguía manteniendo un ideario opuesto a todo avance democrático real en España. El encaje de bolillos de la Constitución de 1978 parió un Estado de las autonomías al que había que adaptarse en tiempo récord. ¿Cómo iba a repensar la nueva realidad emergente un partido nacionalista español, heredero directo del franquismo, como Alianza Popular? En el caso gallego, la cosa fue relativamente fácil. La represión desde 1936, el sistema caciquil imperante en el rural y el poco tiempo concedido para organizarse a aquéllos que hasta pocos meses antes se movían en la clandestinidad son factores que ayudan a comprender el éxito de AP en 1981. La maniobra ideológica para legitimar un discurso auonomista de nuevo cuño se basó en recuperar el ideario galleguista del tradicionalismo católico. Ahí estaba Albor como presidente de Galicia, Filgueira Valverde como Conselleiro de Cultura; ahí sigue la sombra del regionalista decimonónico ultra católico Alfredo Brañas, sin ir mas lejos). Alianza Popular, por un lado, servía de herramienta para consolidar los intereses de los grupos de poder tradicionales, que manejaban el discurso del Progreso y la Modernidad. Sacar a Galicia del atraso suponía también generar beneficios. Ahí están los narcos de las Rías Baixas, militantes y paganini de AP, rescatados del exilio portugués por el propio Albor en la década de los 80. Por otro lado, AP esgrimía el discurso étnico propio de los Centros Gallegos franquistas en América, de esos ananos de los que hablaba Celso Emilio Ferreiro. El regionalismo folklorizante, esencialista, tradicionalista y romántico de la derecha gallega fue ascendido a dogma de fe por un Manuel Fraga al que la sociedad española no quería.
imagesCA6D8NXP
De vuelta a Galicia, el león de Vilalba, obsesionado con la idea fascista del mando, montó su particular Liliput. Todo pasaba por el líder. Un caudillo finisecular que, en el ámbito urbano, apelaba al sentido común de la gente normal (que él identificaba con sus votantes), mientras que en el ámbito rural se identificaba de lleno con el alma, la cultura espiritual, el Volkgeist galaico. La exposición Galicia no Tempo de 1990 es un magnífico ejemplo de esta estrategia, del uso político de las Ciencias Sociales al servicio de este ideario.
Es por todo ello que este cartel resume de manera genial el nacionalgalaicismo fraguista. Esa mezcolanza magistral entre Miña terra, meu lar, la palloza, el hórreo,la morriña y la depredación del litoral, la destrucción del paisaje y el desarrollismo. Aquí encontramos el germen del nacionalcatolicismo galaico autonómico, el origen de los xacobeos turísticos, del Cebreiro definido como aldea prerromana, del cura Valiña Sampedro señalando el camino de Santiago.
Alianza Popular ganó las elecciones de 1981 y sólo acabó con su monopolio del poder autonómico una sucia moción de censura instigada por traidores y por parte del nacionalismo moderado de centro derecha (Coalición Galega, PNG) entre 1987 y 1989. Después de este gobierno tripartito volvería en loor de multitudes Fraga y con él los gaiteiros, los verdes castros, las romerías de Partido, las exposiciones regionalistas y una visión del pueblo gallego propia del padre Schmidt.
untitled (4)

Anuncio publicitario
Categorías: Arqueolóxicas, Atila en Galicia, Evasión ou Vitoria, Herdeiros pola Forza, O pior do País | Deja un comentario

Herdeiros pola Forza en Gasteiz

Mirambell 1
El burgués de origen catalán Tomás Mirambell Mirestany construyó a comienzos del siglo XX un lujoso chalé de verano frente a la isla de Toralla, al lado de la ciudad de Vigo. La finca alberga los restos de una villa romana a mare. En la década de 1920, la familia llevó a cabo exploraciones arqueológicas en las que participaban eruditos invitados por los Mirambell a pasar las vacaciones veraniegas en la finca (Hidalgo y Costas 1982; Fernández 2003: 29, fig. 14). Entre ellos, Martín Echegaray, los arquitectos galleguistas Gómez Román y Antonio Palacios, Martín Barreiro, Manuel Sanjurjo, Salvador Alonso o Braulio Echegaray (Hidalgo 2010). Los huéspedes se llevaban a sus casas como regalo parte de los objetos encontrados. Del mismo modo que nobles y burgueses privatizaban islas (Martín Echegaray se adueñaba de la isla de Toralla, el marqués de Revilla de la isla de Sálvora, Alfonso XIII de la isla de Cortegada) también adquirían las antigüedades galaicas para formar parte de sus colecciones privadas.
Este proceso de patrimonialización es en parte el origen del posterior modelo de depredación del litoral, cuyo ejemplo más sangrante es la propia isla de Toralla.
mirambell 2
Fábrica de cordelería propiedad de Mirambell en el cabo de Toralla. Al fondo la mansión.

A su vez, los señores y las señoras de los pazos y los curas párrocos rurales en sus casas rectorales no se quedaban atrás. Hoy en día aún se puede ver el ara en honor a la diosa Bandua Lansbricae de pie de mesa del belvedere del pazo abandonado de As Eiras, de la familia Tizón, en las proximidades del oppidum de San Cibrán de Lás (Ourense). También el visitante puede ver la colección particular de los dueños del pazo de Tor (Monforte de Lemos, Lugo) de la que forma parte un brazalete celta encontrado en un túmulo megalítico por un labrador que se lo regaló a su señora. El patrimonio de los subalternos era gestionado por la tradicional clase dirigente, aquella formada por Os señores da terra (Otero Pedrayo, 1928), incluso en aquellos casos en que se luchaba desde la hidalguía por el bien público.
HPIM1678.JPG
Este fue el caso del médico José López Suárez, Xan de Forcados, administrador de los bienes de la casa de Alba en la provincia de Lugo quien desde su pazo de Lamaquebrada se convirtió en uno de los principales defensores del patrimonio histórico de Galicia del siglo XX (Fandiño, 2004). Gracias a sus contactos, gran parte de la élite intelectual gallega pudo disfrutar de becas de la Junta de Ampliación de Estudios en las décadas de 1920 y 1930. Así mismo contribuyó a la realización de campañas arqueológicas en el marco de la labor hecha por la Comisión de Estudios en Galicia. Gracias a él se preservó la propia muralla de Lugo (hoy Patrimonio de la Humanidad), que estuvo a punto de ser desmantelada en la dictadura de Primo de Rivera. Legó gran parte de su colección particular de antigüedades a instituciones como la Diputación de Lugo o el Museo de Pontevedra. En su O Saviñao local actuó como un cacique bueno, financiando obras públicas, carreteras, campos de la fiesta y demás infraestructuras.
Tanto el expolio, como la destrucción o la protección del patrimonio arqueológico fueron ámbitos de actuación propios de las clases dirigentes a lo largo de todo el siglo XX. En nuestra opinión, el franquismo no hizo más que consolidar este modelo patrimonial, condicionando de hecho cualquier tipo de enfoque social en la Arqueología gallega hasta la transición democrática. El galleguismo cultural y político contribuyó a sentar unas claras lindes patrimoniales (reales y simbólicas), dejando al campesinado literalmente fuera del mundo de los monumentos y los yacimientos arqueológicos.
De todo esto hablaremos en la presentación de Herdeiros pola Forza el miércoles que viene en la facultad de Letras de Gasteiz, la primera que hacemos fuera de Galicia. Aunque nos centramos en casos gallegos, el enfoque que aplicamos es perfectamente trasladable a Euskadi, como estamos comprobando desde que llegamos aquí. Pero eso lo dejamos para la presentación.
Presentación Gasteiz2

Categorías: Arqueolóxicas, Evasión ou Vitoria, Herdeiros pola Forza, Lerias e andrómenas | Deja un comentario

Un castro nú

Nueva imagen

Este vindeiro domingo iniciamos un proxecto etnoarqueolóxico e comunitario na parroquia de Niñóns (Ponteceso, A Coruña). O obxectivo: espir un castro esquencido e agochado para reconvertelo no que realmente é: un monumento que vertebra toda unha paisaxe real e mítica.  Para iso contamos coa colaboración do Concello e da Asociación Nosa Señora do Faro de Brántuas-Niñóns. Dende hoxe podedes seguir esta andaina no facebook croasdeninóns. Ao longo do mes de setembro falaremos da historia do século XX, de indianos, castros, tesouros, menhires, parques eólicos, sartegos, cruceiros, camposantos, canteiros…  de nós mesmos.

1175076_501821499892312_2117007704_n

 

Categorías: Arqueolóxicas, Herdeiros pola Forza, Paisaxes, Viaxe á Artabria | Deja un comentario

Na Cova da Moura (e III)

FO1435X022

Na Cova da Moura cos voluntarios e voluntarias do campo de traballo dos castros de Neixón, xullo de 2003.

Malia que os tempos mudaron, esa falla total de transparencia por parte da Arqueoloxía tradicional, esa marxinalización das comunidades locais segue en parte vixente hoxendía. Sen embargo, as cousas están mudando rapidamente. A xente do común comeza a erixirse en protagonista na recuperación dun patrimonio vencellado á súa identidade e ao seu territorio. Imos poñer un exemplo megaliteiro a este respecto: a anta de Abuime. Este dolmen da Terra de Lemos é curmán lonxano da Cova da Moura e coma el perdeu no pasado a pedra da cuberta. A fins da década de 1920 os arqueólogos galeguistas levaron a cabo un estudo sistemático da anta e da necrópole megalítica do Monte da Morá, nunha campaña financiada por esa Comisión de Estudios en Galicia da que xa falamos no capítulo sobre os Ancares. Na publicación daquel traballo, os autores sinalan que a pedra de cuberta da anta se atopa nunha casa de labranza veciña (López Cuevillas et al. 1930). Durante os oitenta anos seguintes nin a Academia nin a Administración prestaron a menor atención a un dos monumentos megalíticos máis importantes do país (Otero 1997: 22). Ante esta situación, a asociación cultural Círculo Saviñao decidiu investigar pola súa conta e actuaron de motu propio: falaron cos descendentes dos antigos donos da casa en ruínas, limpiaron o edificio e recuperaron a pedra, que fora reutilizada como abrevadeiro para o gado (Albo 2012). O impacto mediático desta peculiar operación de rescate deixou ben ás claras a realidade que vimos denunciando, con especialistas e técnicos desbarallando nas redes sociales contra estes paisanos incultos e con burócratas sempre preocupados por empapelar a alguén, a boas horas. Alleos a estas polémicas trasnoitadas, os veciños expoñen a pedra recobrada no praza de Abuime, como símbolo de unidade e como recurso turístico.

No caso da Cova da Moura, as referencias orais dos máis vellos indican que a monumental pedra de cuberta foi chantada ao sopé dun grupo escolar tardofranquista. Reconvertida en menhir polos políticos daquel tempo, acolle no seu seo a placa inaugural deste centro de ensino. Daquela primaba outro modelo educativo que vía nas pedras un estorbo para a instrucción, o Progreso e a Modernidade. Tal facían as persoas cultas que gobernaban. Sen embargo, os canteiros que fincaron as grilleiras no dolmen da Casota do Páramo ou levaron a tapa da anta de Abuime eran labriegos incultos, gentes del lugar sin sensibilidad para el Patrimonio histórico.

FO1435X020

Aprendendo da moura de Argalo, a rentes do arco romántico do pazo . Xullo de 2003.

Estes labregos incultos mobilízanse a día de hoxe a prol do patrimonio. Hoxe mesmo recibín as propostas para presentar comunicacións nun congreso internacional sobre socialización do patrimonio que vai ter lugar en Malpartida de Cáceres en setembro deste ano. Entre tanta ponencia firmada por arquitectos, arqueólogos, catedráticos e técnicos topei cunha marabillosa proposta firmada por dous veciños das Asociación Val de Esmelle, Rafael e Manuel. Titúlase: Recuperación del Patrimonio material e inmaterial del valle de Esmelle (Ferrol, España) (Fernández e Lorenzo 2013). No resumo da comunicación atopamos frases como as que seguen: El proyecto Esmelle se concibe para intentar no perder definitivamente un patrimonio etnográfico que se encontraba sumido en el olvido. […] Nuestro fin es que este proyecto ayude al desarrollo de Esmelle de cara al futuro; pero si no es así, por lo hemos habremos salvado nuestro patrimonio. Este no es un proyecto excluyente, sino que su máxima es la unión y cooperación de todos. En él participan mujeres con las mismas responsabilidades y tareas que los hombres.

Estes homes e mulleres recuperan voluntariamente o patrimonio local, dende muíños, pasando por bosques autóctonos e acuíferos, até lavadoiros, castros e cruceiros. Un destes cruceiros era o de Cruceiro, que rematou os seus días escangallado servindo de cachote nunha pontella. O asociacionismo de base acadou recuperar este elemento etnográfico e reconstruír a súa microhistoria (Gasalla 2010, 87-8):

Desde o século XVIII existía en Esmelle, en Chá da Mariña, no lugar do Cruceiro, un cruceiro de granito, de características pouco coñecidas, case seguro encostado a un muro. En 1936 o cruceiro foi derrubado, segundo parece por veciños de ideoloxía de esquerdas, aínda que para evitar represalias, díxose que o fixo un veciño coas facultades mentais diminuídas. A versión oficial, apoiada polo cura párroco, dicía que o veciño, molesto por entender que o cruceiro se atopaba en terreos da súa propiedade, colocou as vacas no xugo, amarrou unha corda á cruz do cruceiro, e derrubouno. En 1937, e pola achega de 137 veciños de toda a parroquia, levantouse outro cruceiro, que é o que existe actualmente, nun lugar próximo á localización do anterior. Foi construido en pedra de Moeche.

Nós cremos firmemente nos valores das comunidades locais deste país, educadas consuetudinariamente nunha tradición asemblearia de reunión en adros e concellos, nunha cultura de resolución de conflitos baseada na procura do consenso. Dende estes presupostos pódese acadar unha socialización real do patrimonio en Galicia.

Coda

Ao rematar de contar estas cousas, unha señora do público asistente a este acto na Cova da Moura, ergueuse e fitando para o dolmen reclamounos o seguinte:

Todo isto gustoume moito e está moi ben, pero non marchades de aquí até que me expliquedes que carallo son esas pedras.

Décadas despois, por fin alguén puxo aos arqueólogos no seu sitio.

 

Categorías: Arqueolóxicas, Herdeiros pola Forza | Deja un comentario

Na Cova da Moura (II)

_MG_3383 (Medium)

Fotografía de José A. Millares Roo.

Nesta liña, estes ortostatos da Cova da Moura non só acubillaban os devanceiros dos labregos neolíticos (e a eles mesmos), senón que tamén protexían e fixaban para sempre a memoria colectiva. Este dolmen de Argalo ubícase na zona de acceso natural dende o NE cara á necrópole tumular da cumio da Serra de Barbanza. De feito, non volve toparse un dolmen tan monumental até chegar á Casota do Páramo. Neste senso, a Cova da Moura non se pode entender sen ter en conta toda a paisaxe simbólica construída polos megaliteiros e megaliteiras de antano (Criado e Villoch 1998). Por este motivo, durante varios anos viñemos ata aquí cos voluntarios e voluntarias procedentes de todo o mundo que viñan a escavar e poñer en valor os veciños castros de Neixón en Boiro. Nesta actividade didáctica a Cova da Moura convertíase no mellor recurso para explicar unha manchea de cousas sobre a paisaxe tradicional galega e sobre nós mesmos. Por exemplo, axuda a comprender por que nas parroquias galegas o campo de fútbol e o camposanto novo fanse sobre as necrópoles tumulares, sobre os campos de mámoas. Por que? Porque esas penichairas fóra do espazo habitado son superficies caralludas para instalar estas infraestruturas. Pero aparte desta explicación funcionalista tamén cómpre sinalar un feito abraiante: as necrópoles funerarias da Postmodernidade galega reutilizan o mesmo espazo que as necrópoles de hai 7000 anos. Como dixo un asistente a esta presentación do libro na Cova da Moura: á fin e ao cabo, nós tamén vimos a un enterro.

_MG_3636 (Medium)

Meeting megaliteiro. Pinchos amortizando o Plan E. Ao fondo, novo camposanto parroquial. Fotografía de José A. Millares Roo.

Na primeira visita cos rapaces de Neixón en xullo de 2003 fomos andando dende o pé do pazo ubicado a rentes da estrada. Un fermoso arco sobre a pista asfaltada ademáis de conferir un aire romántico ao conxunto impide o acceso de autobuses. Este condicionante arquitectónico conlevou unha maravillosa coincidencia. Alí topamos cunha señora xubilada que servira toda a vida no pazo. Mesmo nacera alí. A señora contounos toda a historia dos señores, da familia fidalga, da vida cotiá no pazo, pero apenas falou dela mesma. Unicamente nos contou que ía casar cun mozo que a deixou de sotaque para enrolarse na Lexión estranxeira francesa e marchar para a guerra, á Cochinchina. A esta nena labrega probablemente ninguén lle preguntou na vida que quería facer ela co seu destino. Iso si, reproduce a memoria histórica da clase dirixente deste país durante séculos, esa fidalguía decadente dos pazos.

Como acontece con esta señora, as comunidades locais foron marxinadas na construción da memoria colectiva neste país. Aqueles e aquelas que foron escolarizados reproducían a visión da Historia decidida pola clase dirixente. A clase subalterna tampouco decidía o que era Patrimonio na nación de turno, ou o que non era. A súa visión dos restos do pasado era guindada ao campo do folklore e as supersticiones vulgares.

Cova da Moura Noia

Ídolo exhumado nas escavacións arqueolóxicas no corredor da Cova da Moura.

A Cova da Moura é un excelente exemplo deste proceso de patrimonialización dirixido dende arriba. Na transición democrática o Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento levou a cabo unha intervención arqueolóxica no acceso SE da Cova da Moura. Os materiais arqueolóxicos, os datos e os resultados desa escavación non foron publicados nunca en canles científicas nin divulgados á xente do común. Naquel tempo un adolescente colaborou como voluntario. Hoxe, home casado cun fillo, recorda perfeitamente como as cerámicas e os idoliños atopados no corredor foron gardados daquela en caixas de froita na antiga sé do IEGPS en Fonseca. Como o Guadiana, eses idoliños reapareceron nunha vitrina da exposición Gallaecia Petrea na Cidade da Cultura en 2012. Trinta e cinco anos despois, aquel voluntario da Cova da Moura voltou de voluntario á Torre dos Mouros (Carnota) o pasado verán. E foi co seu fillo, Simón. Este rapaciño quere ser arqueólogo de maior. Unha Arqueoloxía Pública de verdade axuda a preservar o Patrimonio, consolidar vocacións e concienciar a xente sobre o seu valor. Para protexer cómpre coñecer.

 

Categorías: Arqueolóxicas, Herdeiros pola Forza | Deja un comentario

Na Cova da Moura (I)

_MG_3387 (Medium)

O libro Herdeiros pola Forza ten un aquel megaliteiro. Varios dolmens da xeografía galega escoan polas súas páxinas. En O Karma do clan, gábase a imaxinación infinda de Valle-Inclán, recreando a paisaxe megalítica do Barbanza até o punto de que o xenial inventor do esperpento quería repousar eternamente nun mausoleo con forma de dolmen, ao xeito do exemplo de Axeitos. Tamén lle prestamos atención á Cova da Moura en Argalo (Noia) ou á recente musealización do dolmen de Dombate, onde o arqueólogo Anxo (en condicións precarias) segue guiando apaixoadamente a cidadáns, turistas e viaxeiros. Seica a maior parte do orzamento destínase ao servizo de seguridade, polo que os políticos consideran innecesario habilitar un contrato a unha persoa con formación especializada. En todo caso a vixiancia dá o seus froitos. O outro día entrou no recinto unha parella de mozos. Non accederon ao interior para veren o monumento megalítico. Quedaron na explanada tirando fotografías. O garda decatouse que aqueles rapaces non tiñan moita pinta de arqueólogos e preguntoulles se querían ver o dolmen. Un deles respostou: “Non, estamos vendo os acabados”. Referíase á marabillosa cuberta que, coma unha nave da Guerra dos Mundos, cobre o monumento pondaliano, inzada como está toda ela de cobre, tan aparente. Nestes tempos de crise económica é curioso como o imaxinario popular arredor das mámoas e castros comeza a mudar; como puidemos comprobar cos colegas da Gentalha do Pichel nas súas xeiras de inventariado pola contorna de Compostela, os mouros comezan a ser substituídos polos xitanos e polos rumanos (sic). Mesmo o foxo dalgún poboado fortificado é considerado como a consecuencia do labor de rebusca destas razas guiadas por unha proverbial angueira cuprífera.

_MG_3533 (Medium)

Nesta liña megaliteira, Herdeiros pola Forza é un libro que conta historias de pedras na Galiza. As pedras son memoria, aquí e noutras partes do mundo. Os habitantes da illa de Pascua no Pacífico chileno conservan un interesante mito de orixe. Seica o rei polinesio Hotu Motu’a enviou unha misión de sete exploradores á illa. Un deles enfermou e os seus compañeiros deixárono nunha cova con alimentos abondos para sobrevivir até a volta do grupo, que marchaba de volta para comunicarlle a El-Rei as novas sobre Rapa Nui. Cada un dos compañeiros chantou unha pedra a rentes do enfermo e cuspiu sobre dela para conferirlle vida. Estes menhires, coñecidos como Pohaku, eran entes vivos que preservaban a memoria. Por esta razón son monumentos, unha tentativa material dos seres humanos para loitar contra o esquencemento, para sobrancear o espazo e perdurar no tempo. Xa que logo as pedras gardan a memoria pero tamén protexen. Estes días deuse a coñecer unha nova relativa ao afamado Crismón de Quiroga, exposto no Museo Arqueolóxico Provincial de Lugo. Trátase dun fermoso disco de mármore paleocristián que remite ás orixes do cristianismo en Galicia. Ubicado dentro da igrexa parroquial de A Hermida, foi enviado ao Museo na década de 1920. Até aquel momento a pedra tiña un fondo valor simbólico para a comunidade local. De feito a xente extraía pó de mármore e arrimábase ao crismón para levar a cabo diferentes rituais curativos. A semana pasada os fregueses chantaron ao sopé do altar unha réplica exacta da pedra que levaran os señoritos para Lugo hai case un século.

Teño falado algunha vez da señora Irene de Nogueiras, que estivera de noviña en Cuba na década de 1920. De alá trouxo unha caixiña na que gardaba un feixe de marcos alemáns de antes da 1ª Guerra Mundial, unha vacaloura disecada, un alicornio e un paniño de algodón que envolvía un anaquiño de mármore. As pedras brancas como o seixo ou o mármore tiñan un poder enorme no imaxinario labrego do interior de Galicia. Velaí están os coios de seixo servindo de esquinais nas vivendas do castro de Vilandoga (o demo habita os currunchos), ou coroando os lousados das casas grandes e das torretas de FENOSA na Terra Chá. Como contamos antes, os irlandeses levaban canda si anacos do altar das súas igrexas destruídas polo Exército inglés de Cronwell. Esta pedra de misar era todo un símbolo da súa identidade. Do mesmo xeito, os e as emigrantes galegas levaban canda si anaquiños do altar da igrexa parroquial como salvoconducto identitario que os protexera alén mar.

_MG_3601 (Medium)

Fotografías de José A. Millares Roo. Meeting megaliteiro na Cova da Moura co gallo da presentación de Herdeiros pola Forza.

Categorías: Arqueolóxicas, Herdeiros pola Forza | Deja un comentario

Pepito Meijón (e III)

Figura 2

Cando eu era pequeno, meu pai recurtaba o apartado de efemérides dos xornais: hace 130 años, hace 50 años, hace 25 años…Inda teño gardado ese pequeno arquivo, non só no corazón senón tamén nun vello baúl que arrecende a papel vello. Dende aquela, collínlle gusto a ler sistematicamente esas pequenas columnas, de feito é o primeiro no que me deteño cando lle boto un ollo ao xornal en papel. Alí quedaron rexistradas as peripecias de personaxes que devalan entre o tremendismo e o realismo máxico. Como aquel ancián centenario de Viveiro, que cando morreu en 1881 quixo levar á tumba o caderno no que apuntara o nome e apelidos dos soldados franceses que matara na guerra da Independencia, ou o caso que segue, recolleito en La Voz de Galicia, o 13 de febreiro de 1987: Cuando supo que la contienda había terminado en el año 1939, un vecino del municipio de Ourol se refugió en las cuevas en la montaña. Desde entonces, Manuel Durán Souto apenas ha salido de sus refugios; únicamente, dos veces al año, hace un viaje a pie hasta La Coruña para ver el océano. Sólo una enfermedad, que ha acusado hace unos seis meses, ha permitido a la familia trasladarlo cerca de la casa, donde sigue viviendo en una choza. Combatiente del bando franquista y legionario, parece ser que la frustración de la guerra le ha eclipsado la razón. O que se di un exemplo de manual de shock postraumático. Haivos tolos, e tolos.

En Pontevedra, naquela época da infancia na que gardaba eses recurtes de prensa, tiñamos unha serie de personaxes pintorescos, algúns tidos por tolos, os máis considerados como seres estrambóticos. De entre eles recordo especialmente ao xa mitificado John Balan (que morreu esquencido despois de petar en moitas portas, e non só para arrincar melodías musicais), ao mediático Draculín e a unha señora maior que paseaba pola Avenida de Vigo cun vestido diferente cada día, reproducindo o estilo decimonónico de Scarlett O’Hara. Pero ademáis destes sobranceiros urbanitas, tamén chegaban ecos lonxanos doutros persoeiros que campaban ás súas anchas polas terras da contorna da Boa Vila.

Un deles era Pepito Meijón. Malia que xa falecera en 1980 a súa memoria seguía viva entre todos aqueles que gostaban de visitar o inxente patrimonio arqueolóxico da bisbarra pontevedresa. Os afeccionados coñecían perfeitamente as meixonadas, eses neopetróglifos que Pepito Meijón realizou por terras de Marín, en moitos casos a rentes das estacións rupestres de verdade, as da Idade do Bronce atlántico. Seica este home comezou a perder a cabeza cando o querían reclutar de noviño para liquidar moros en Marrocos. Sexa como for, acabou por converterse nun mouro que fuxía decote ao monte e gravaba nas penedías, nas laxes e nos outeiros. Home silandeiro, canteiro que gardaba na súa casa un Cristo de pedra coroado por unha boina, deixou para sempre nas rochas, esvásticas, escudos imperiais, símbolos franquistas, lemas publicitarios, blasfemias e verbas enigmáticas. Coma o excombatente de Ourol, ou mesmo coma o alemán de Camelle, o Man que esculpía os coios e os cons da Costa da Morte, Pepito Meijón deixou no monte a pegada da súa singular cosmovisión, das súas traumas, da súa vida.

Meijon1

Podemos deseñar todo un sistema de información xeográfico reconstruíndo os percorridos deste home polo monte. O camiño dende a súa casa deica o castro da Subidá está inzado de gravados rupestres de Pepito, nas paredes dos lavadoiros, os túneis das estradas, os muros das leiras e dos carreiros. Cando Sobrino descobría A Subidá xa Pepito labraba na penedía faciana do vello castro. Sen embargo ninguén lle deu valor á obra deste tolo das corredoiras, que viu como morreran asesinados no golpe de Estado amigos da nenez, como o alcalde de Marín e varios cenetistas. Nun arrebato anticlerical Pepito marchou á ermida das Sete Espadas, gravou a verba demo nas paredes do templo e pintou de vermello o fermoso cruceiro. No arquivo da Dirección Xeral de Patrimonio da Xunta de Galicia, aínda a día de hoxe podemos consultar fichas de gravados rupestres adscritos á Idade do Bronce, cando realmente foron feitos pola mao, o maxín e mailo cicel de Meijón. O mesmo acontece co cruceiro de Sete Espadas; nun informe técnico aínda se pode ler: o cruceiro conserva nalgún tramo a vella policromía, de cor vermella.

Os técnicos, eruditos, burócratas e especialistas negan calquer valor patrimonial á obra de Meijón, menos mal. Este home foi o artífice  da primeira casa-libro de Europa, enchendo de decoración epigráfica cada centímetro de parede. Esta casa foi derrubada e sobre o solar érguese, paradoxicamente, o único museo de Marín.

Por que o artista Meijón non comparte sitio co erudito Sobrino nos libros de historia? Quen está realmente tolo neste país?

A Xunta de Galicia vén de clausurar no Museo Baleiro de Galicia, na Cidade da Cultura, a exposición Gallaecia Petrea, a mostra máis ambiciosa sobre a historia da pedra en Galicia, segundo se afirma na web institucional. Se Pepito Meijón erguese a testa, ficaría pampo coa Cidade da Cultura e de seguro que inzaría esas paredes ermas e inúteis de miles e miles de esvásticas, dándolle a razón de novo a ese xenial Peter Eisenman quen seica afirmou nos U.S.A.: a Cidade da Cultura é un proxecto que unicamente se pode facer nun Estado totalitario.

Meijon2

Fotografías: https://montepituco.wordpress.com/2013/04/07/volvemos-andainar-polo-castro-da-subida/

 

Categorías: Arqueolóxicas, Herdeiros pola Forza | Deja un comentario

Pepito Meijón (II)

386855_465646080171674_1436308332_n

Álvaro Arizaga explicando un gravado rupestre na subida á Subidá. Andaina organizada por Queremos Galego Marín.

Seguían sendo os tempos nos que aras romanas e restos arqueolóxicos pasaban a decorar xardíns de bispos, fidalgos e caciques, sempre en aras da correcta preservación dun patrimonio en mans duns poucos elixidos:

1 de Octubre de 1951

Traslado del petroglifo “Laxe das Picadas” desde Montecelo (tomada de Rey Domínguez) a nuestra finca. Queda colocado junto al sitio de las antiguas colmenas. Gastos. Carretero 50 pts. Canteros 2, a 30: 60 en total. Total 110,00 pts. ¡Está en seis trozos, pero a salvo de toda depravación!

Sobrino procuraba que o seu labor fose recoñecido por esa ciencia arqueolóxica nacionalcatólica que amosamos no capítulo de A Barbarie tribal. De feito, participa nun dos primeros eventos científicos que teñen lugar coa entrada da España franquista na UNESCO, o primeiro chanzo na apertua internacional da ditadura. Referímonos ao Congreso de Arqueoloxía de Campo que tivo lugar en Santander en 1955, onde consolida a súa colaboración cun exmembro da División Azul, o camisa vieja Carlos Alonso del Real, que ese mesmo ano se traslada a Compostela como catedrático de Prehistoria. Ambos os dous levarán a cabo escavacións arqueolóxicas en mámoas do Morrazo, na contorna do lago de Castiñeiras, alcumando lago Ilmen pola Organización Juvenil Española, en lembranza da paraxe na que se batera a División Azul na contorna de Leningrado.

Os restos asoellados nesas escavacións arqueolóxicas quedaron amoreados no Museo de Pontevedra, secuestrados polos especialistas até que mudou o modelo de xestión do patrimonio na transición democrática. Será daquela cando xoves alumnos da Universidade de Santiago comezarán a revisar eses datos e a publicalos, coadxudando a que O Morrazo ocupase un posto senlleiro no discurso científico sobre a Prehistoria galega. Un segundo proceso veu a mudar a situación: a participación cidadá na investigación arqueolóxica. O Museo de Pontevedra creou no seu seo o grupo García Alén, formado por afeccionados que contribuiron co seu traballo voluntario nas prospeccións e escavacións arqueolóxicas en sitios arqueolóxicos do Morrazo (Peña Santos 2008). Neste contexto tivo lugar a primeira intervención no castro da Subidá da man de amateurs que hoxe serían vistos pola Administración como furtivos, uns furtivos que deixaron escrito o seguinte:

El yacimiento fue visitado por furtivos en varias ocasiones, que provocaron la total desaparición del muro exterior, el levantamiento del piso de la casa, el destrozo total del hogar y parte del muro de la casa circular. Asimismo, desaparecieron varias piezas, entre ellas el molino plano, etc. Ante esto se tomó la decisión de no proseguir la excavación por miedo a nuevos destrozos y expolios.

Perante isto, cómpre preguntar: quen son os furtivos? Os arqueólogos nacionalcatólicos nos anos 50 que fochancaban sitios arqueolóxicos á marxe da sociedade, sen publicar ren, ou estes amadores do preocupados polo patrimonio de fins dos anos 70? Sexa como for, o proceso de burocratización na xestión do patrimonio nas dúas últimas décadas fixo desaparecer o compromiso activo dos afeccionados. Unha variable máis para explicar o desleixo do patrimonio arqueolóxico nos últimos tempos. Mentres a Administración e a Academia fitaban de esguello, o castro de Subidá sufría agresións constantes. Cando FENOSA instalou na croa do castro unha torre de alta tensión, emulando o exemplo de Elviña, os únicos que denunciaron os feitos foron os membros da Asociación Comercial de Marín (Santos Pena 1997). Finalmente a situación revertiuse nestes últimos anos pola presión do asociacionismo local, acadando que se invistisen fondos europeos na limpeza e acondicionamento da área escavada do castro da Subidá; por primeira vez o castro deixaba de ser patrimonio de especialistas para converterse de novo nun espazo aberto ao público en un recurso turístico de pleno dereito para a xente de Marín. Ninguén a día de hoxe dubida do valor patrimonial do castro da Subidá. Non acontece o mesmo coa obra do derradeiro gravador rupestre, nado en Marín…

407036_465646263504989_1476803256_n

Fotografía de Queremos Galego Marín.

Categorías: Arqueolóxicas, Herdeiros pola Forza, Sin categoría | Deja un comentario

Pepito Meijón (I)

Subida2

O arqueólogo marinense Álvaro Arizaga, cicerone da andaina ao castro da Subidá, organizada por Queremos Gaelgo Marín nas I Xornadas sobre o Patrimonio.

Un consejo: cuando vayas a Roma, tócalo todo; en muchos casos los dedos te trasmitirán sensaciones tanto o más profundas que los ojos.

Blanco Freijeiro (2002: 16).

Abrimos estas I Xornadas sobre Patrimonio en Marín coa mesma cita que empregamos en marzo de 2009 co gallo da celebración das VIII Xornadas Blanco Freijeiro. O vello catedrático de Arqueoloxía sabía ben do potente atrativo que fornece o contacto físico co pasado, o sentir as pedras e as cousas de antes. Esta necesidade de apreixar o tempo dos antigos atópase no cerne poético da loita da sociedade civil pola defensa e valorización do patrimonio. Este proceso de patrimonialización pódese seguir perfeitamente no caso da península do Morrazo. Para amosar esta realidade imos retomar unha figura que xa coñecemos nesta nosa peculiar viaxe canda un libro. Estámonos a referir ao descubridor do petróglifo de Castriño de Conxo, don Ramón Sobrino Lorenzo Ruza. Este aparellador herdou de seu pai (autor do Corpus Petroglyphorum) a afección pola procura de gravados rupestres e unha fonda angueira autodidacta. Colaborador no seu día do Seminario de Estudos Galegos, Ramón Sobrino era un fidalgo de pazo que pasou a formar parte na postguerra da reducida elite intelectual conservadora que se encargou da Arqueoloxía galega. Estes homes protagonizaban achados arqueolóxicos, descubrían para a ciencia petroglifos e castros, como se eses entes fosen uns descoñecidos na paisaxe para a xente do común. Nesta liña Ramón Sobrino (1954: 200) deu a coñecer ao mundo académico, na seguinte nota nunha revista académica madrileña, o castro da Subidá, en Marín:

Marín (Pontevedra): Parroquia de San Jorge de Mogor. “A Subida”. Conchero y citania. Encima de la capilla denominada Das Sete Espadas, cuya romería se celebra los días 24 y 25 de julio de cada año, sobre un grupo de casas y a unos 200 metros se encuentra u conchero de unos 12 x 5 m, y a poca distancia de él el sitio denominado A Subida, e parte una concavidad del monte, en parte también extramuros del recinto murado, en el cual se emplaza, se ven restos de casas, siendo imposible precisar sin son angulares o redondas. La citania se encuentra atravesada por un estrecho camino, entre dos muros, tan estrecho que sólo permite el paso del ganado menor, probablemente cabras. A este camino le denominan A Caneixa. La citania se encuentra rodeada en toda su extensión por una muralla de escasa altura, y bastante ancha. En la ladera este del monte, y por fuera de ella, unas construcciones modernas, de las cuales solamente se hicieron las excavaciones de zanjas para cimientos, han puesto al descubierto restos de casas. El Sr. López, llamado López, o das sete espadas, nos muestra molinos romanos y nos da varios trozos de cerámica, el mismo tipo ya conocido de los castros gallegos, encontrados en el conchero (Lámina LXV). 23-IX-1951. R. Sobrino Lorenzo Ruza.

Grazas ao interese da familia por publicar o leigado deste home, coñecemos o diario de campo no que Sobrino consignaba as súas exploracións arqueolóxicas, financiadas do seu peto, todo sexa dito. Por estas saborosas páxinas escoan referencias (na lingua do país, diferente da lingua da ciencia) ao mundo do imaxinario labrego, como pequeñas pílulas a rodapé que se misturan ás veces involuntariamente nun texto domeado polo ton cientificista e académico. Eis aquí unha mostra:

19 de Octubre de 1949

Voy a ver la piedra. Está desecha. En una peña próxima descubro un círculo muy desvanecido, el sitio se llama “Pedra do Encanto”, As Lamas, monte da Fraiz, parroquia de Villestro. Los rapaces decían que eran “tixolas” (sartenes). Cuando estaban metiendo los grillos para partirla, el trabajo era penoso y el dueño (R. Adrán) dijo: “O encanto da pedra fai forza para fóra”. Llegó mamá bien.

O día 23 setembro de 1951 é cando Sobrino topa co castro da Subidá: ¡Es una citania! Participo a Filgueira y a García Alén del hallazgo. Como podemos comprobar, o coñecemento transmítese de eruditos a eruditos, sen que exista ninguha angueira de comunicación patrimonial cara á sociedade.

Subida1

Categorías: Arqueolóxicas, Herdeiros pola Forza | Deja un comentario

Herdeiros pola Forza en Moaña

ha

O xoves 2 de maio, ás 21 horas, no Var con Uve de Moaña, presentamos Herdeiros pola Forza. Convocan a Asociación Cultural Nós, a Asociación de Veciños de Abelendo e a Asociación Espacio Transversal entre Culturas.

Fotografía: cabana na aba W do castro de Montealegre (Domaio, Moaña) escavada polo noso equipo de traballo en 2004. Destaca a lareira con decoración incisa (séculos II-I a. C.).

Categorías: Herdeiros pola Forza | Deja un comentario

Blog de WordPress.com.